Hoy, Le Georges es un lugar donde las historias siguen contándose y mezclándose... y volviéndose a contar. Los estudiantes repasan el mundo mientras toman un extracto de violeta, los clientes habituales comparten sus recuerdos mientras toman un café, los turistas descansan de sus viajes con una ensalada César o unas coquillettes con sabor a trufa... ¡todo casero! No es raro cruzarse con algunas celebridades de vacaciones. Porque Le Georges es un lugar de encuentro. Este bonito bar deportivo a la antigua usanza atrae a multitudes. Es uno de los pocos lugares intergeneracionales que reúne a tantas personalidades de mundos tan diferentes. Ya se trate de un partido de rugby ineludible, de una noche de karaoke, de baile, de comer algo con la familia o de tomar una copa con los amigos, Capucine y su equipo están ahí para recibirle los 365 días del año, de 9 de la mañana a 2 de la madrugada, haga viento, nieve o haga sol... Es la ocasión perfecta para aprovechar la soleada terraza, al abrigo de los árboles. Un lugar alegre que insufla nueva vida a la bonita Place Clemenceau. Definitivamente, Le Georges tiene algo más que una historia, ya que alberga mil vidas. Le Georges es un espíritu. Aquí celebramos una ciudad, un lugar... un momento.

cOnOzca al eQuipO
Le Georges es más que un equipo, es una familia. Apoyado por una brigada de generaciones mezcladas, cada uno aporta su toque auténtico a la barra, al servicio o incluso detrás de los fogones. Con el paso de las temporadas, el equipo cambia, pero el buen humor permanece constante, porque, unidos en torno a una pasión compartida, todos contribuyen a la alegre evolución de Georges.